Al igual que con los hombres, – nunca
se lo digo pero lo pienso; no quiero ser “la primera que...”
quiero ser la última-. Lo importante no es como empieza, sino como
acaba el año.
Este año que ha durado un suspiro ha
sido muy denso, difícil y bastante farragoso.
Acepto, como sentimiento de compañía,
que una crisis vital es una oportunidad de cambio y crecimiento, pero
yo no la había pedido y siempre me han gustado los tacones. La
pizzería de la vida tiene la mala costumbre de no hacerme nunca
ningún caso y traerme y quitarme lo que le da la gana, no sé por
qué sigo yendo...
Empecé poniendo un doloroso punto y final en lo sentimental, poniendo un hasta luego que pronto se convirtió en adiós.-(A veces me caigo mal cuando me leo, pero es que pasó así)-. Comenzó el año y le dije adiós a mi único motivo de felicidad, el único motivo de felicidad y alegría de la mujer que ama demasiado siempre es un hombre. Así que este 2012 no prometía mucho ni me apetecía nada. A finales de enero me pasó algo similar a lo que le pasó a Juana... Tuve un cinematográfico ataque de ansiedad, -si ya me leéis desde hace tiempo sabéis que prefiero contarlo con mi toque de humor personal- “mi padre ha muerto, mi marido me engaña” (por supuesto él no era mi marido, pero yo estaba muy triste y él era toda mi felicidad, cuando lo pienso me avergüenzo de mí misma, pero fue así). También dos amigas intentaron calmarme ese día, repetía lo mismo que Juana en el vídeo, llorando sin consuelo, por eso os pongo el enlace que expresa mejor que yo lo que es Volverse loca.
Me planteé muchas cosas en mi vida
bastante difíciles para mí. Lo más importante es que no estaba
dispuesta a necesitar a un hombre de ese modo nunca más. Me juré
hacer lo que fuera para no necesitar nunca más a un hombre así,
para ser tan absolutamente fuerte e independiente que nunca en toda
mi vida pudieran hacerme tanto daño. No sé si esto tiene algún
sentido para quién me lea, pero cuando te rompen el corazón tan bien
lo único que puedes hacer es construirte uno nuevo e indestructible,
lo que me quedó del mío a principios de año no tenía ningún arreglo.
Grandes problemas requieren grandes y esforzadas soluciones. No hay
soluciones fáciles a problemas difíciles. Un día escribiré sobre
los refugios fáciles, los visité casi todos, era hora de refugios
difíciles. Puede parecer pueril este discurso, pero estaba -y aún
un poco- pasando por el peor momento de mi vida, renunciar a alguien
que te hace feliz pero que no te conviene no es nada fácil y menos
si estás haciendo un duelo por perder a tu padre. Sabía que no iba
a haber besos, mimos, alegrías, mariposas, ni abrazos. Pero después
de esto espero poder compartir amor y no sólo darlo, dar (demasiado) amor
ya sé y después de todo esto; si no lo recibo nunca, dolerá menos.
Mi pequeña lista de logros de este año
es que en enero, dejé de fumar definitivamente, volví al gimnasio a
tope, hice dieta, perdí peso, me propuse estudiar y además de
hacerlo aprobé cuatro de diez y con muy buena nota.
He vuelto a leer libros (no podía leer desde que murió mi padre), a ir al cine (desde que murió mi padre me causaba fobia estar en el cine, así que lo cuento como un logro), he podido volver a ver películas y concentrarme en ellas. Me estoy culturizando en materia de cine clásico y música, he descubierto que me gusta. He aprendido a cocinar cosas nuevas, a colgar cuadros, poner estanterías, pintar...
He aprendido a estar sola y tranquila conmigo misma,
he aprendido a cuidarme, a poder dormir tranquila. He aprendido a
poner límites y decir "no". He aprendido a zafarme de las personas que
me quitaban la energía que necesitaba para mí. He aprendido a
perdonar.
Me propuse estar conmigo misma, meterme
hasta el fondo en mi duelo para superarlo, descubrir qué cosas me
gustaban y qué cosas hacer por mí y mi vida, lo he hecho y lo sigo
haciendo, para hacerlo aún mejor en el futuro.
Lo más importante de este 2012 para mí
-porque ha sido lo más difícil-es: he
renunciado a mi papel protagonista y profesional de mujer que ama
demasiado.
Cuenta la leyenda, que llevo
solucionando la vida de mis parejas desde los 15 años (voy hacia los 26) y eran
problemas bastante complicados, no quiero quitarme méritos en este
sentido. He manejado toda clase de adicciones en hombres; drogas,
juego, alcohol... He luchado todas sus guerras y peleado todas sus
batallas; pérdidas de sus padres, depresiones, desilusiones
amorosas, búsquedas de empleo, despidos, terminar estudios básicos
o empezarlos, he sido su “madre”, amante, esposa, maestra,
psicóloga, doctora, enfermera, “coach”, bufón, cocinera,
costurera, amiga... Lo he sido todo, o mejor dicho, lo hice todo para
que me quisieran. Mi realidad inconsciente era “el amor no se
regala hay que ganárselo, si lo hago todo muy bien me querrá tanto
como yo a él y estaremos juntos para siempre”. Me encantaría de
verdad estar exagerando con lo que acabo de escribir, pero si mis
amigas me leen pensarán que todavía me quedo corta... Desde los 15
años... No me queda nada por hacer por ninguno de mis novios, todo
lo hice para que me quisieran, por un poquito chiquitito de cariño, esto se
llama prostitución emocional, me encanta el término, lo dice todo.
Lo hice todo por una sensación de paz interior y de deber cumplido.
Ahora que estoy mucho más sana y serena (pero aún no he terminado
con mi proceso) reconozco que también lo hice por soberbia para
sentirme poderosa y reforzada en mi autoestima y mi ego, reconocerlo
fue el primer paso, el siguiente dejarlo.
Toda mi vida necesitaba a un hombre, sé
que a mucha gente le pasa, pero reconocerlo y decirlo en voz alta no
está socialmente aceptado por eso alomejor parezco un poco bicho
raro pero yo sólo era feliz si tenía un hombre en mi vida y vaya
hombres... No uno cualquiera, siempre necesitaba a un hombre que me
necesitara, qué bien me hacía sentir eso, me parecía precioso...
Cuántas más cosas tuviéramos que vencer juntos, más realizada me
sentía yo, porque más me necesitaba él y más contaba conmigo, más
dependía de mí... Por supuesto de todo esto me he ido dando cuenta
con los años, hasta hace dos años yo sólo era una
maquinita-soluciónalo-todo. Pensaba que si quieres a un
hombre todo esto es algo que se debe hacer, es un deber moral. “Hacer
eso es querer, hacer menos es otra cosa, es querer menos”-así pensaba yo-. Por
supuesto, ninguno me dijo nunca que parara, ninguno me devolvió todo
lo que yo hacía o algo, ninguno perdió la cabeza por mí o hizo
algo tan sencillo como llevarme a comer a la luz del sol. Algunos
antes de “pegarme el cambiazo” e irse con la siguiente -
eso los que avisaban, porque la mayoría me han puesto cuernos de
Rudolph con iluminación incluída-. La mayoría tenían la
displicencia de decirme: “eres demasiado para mí, ya no es lo
mismo, ya no siento lo mismo, estoy agobiado”. Lo que no decían es
“ya me has solucionado la vida, ya te puedes ir que ahora voy a
divertirme con la nueva, ya no me sirves...” Yo era algo así para
mis novios como el genio de la lámpara de Aladdín, mi misión en el
mundo era hacer sus deseos realidad, con ello me sentía bien -era una ecuación simple; mi novio bien=yo bien-.
¿Conocéis a alguien que pudiendo pedir deseos que le serían
concedidos inmediatamente pidiera felicidad y libertad para el genio?
Pues lo mismo me pasaba a mí con los hombres, ellos querían sus
deseos hechos realidad, ninguno quiso liberarme o pidió que yo fuera
feliz. Podéis replicarme que tal vez haya algún Aladdín, que yo
siga igual, satisfaciendo deseos porque mi forma de amar es preciosa
y seré retribuída por un príncipe Aladdín algún día (precioso desde fuera
porque si no lo habéis vivido no sabes lo sola y triste que te
sientes)... Lo siento pero paso, el precio es muy alto y no lo pago
más, -prefiero gastar en zapatos-, en enero llegué a la conclusión
de que no podía sufrir tanto por “amor” lo encomillo porque eso
no es amor para mí ya, eso es esclavitud y yo me he liberado.
Estoy sola, sí, pero libre.
Lo que entendía yo con las palabras de
ellos, sus infidelidades y cambios por otra, era tan bonito como: por
supuesto, que yo no era ni guapa ni atractiva, esto ya de base, que
todo lo que yo hacía estaba mal. -Si durante un año te repiten que: no sirves para nada, que eres una inútil, que lo haces todo mal, que
se va con otras porque tú con tus celos le haces pensar más en
ellas y te aíslan del mundo y la gente que sí te quiere. Si te
dejas aislar cada vez más para que algún día él te quiera y estéis bien, si te
dejas asustar por él, le disculpas todo porque lo amas... Pues te
acabas creyendo que de verdad eres fea y no sirves para nada y que
por eso se va con otras que son más preciosas y maravillosas que
tú-. También entendía que mi manera de ser y de querer no valía
nada para ninguno de ellos -(la mujer que ama demasiado rige su
autoestima por lo que dice el novio de turno porque ella no tiene)-. Siempre me
culpabilizaba a mí misma con que yo podría haber hecho las cosas mejor, me
culpabilizaba porque pensaba que yo les avergonzaba. Entonces me
decía a mí misma que con el próximo tenía que hacer aún más
cosas y mejor, pero además esconderlo, de manera que pareciera que
todo lo había hecho él y era su propio mérito y no el mío, “si
él no lo dice es que yo no tengo méritos y además si yo tuviera
algún mérito no me pondría los cuernos”-eso me repetía yo, pensaba "seguro que a las chicas que son preciosas y muy buenas novias no les son infieles los chicos". Siempre me esforcé por
“ser la (gran) mujer detrás de un (gran) hombre” para que no me
dijeran “eres demasiado...”
Resumidamente mi objetivo; interpretar el mismo papel pero actuando mejor cada vez. La cosa es que nunca se recibe más afecto por más cosas que hagas, lo sé, lo he intentado... La responsabilidad de todo esto es mía (digo responsabilidad porque no me gusta decir culpa, ya me he torturado bastante), ellos ya eran así, (unos más y otros menos) el problema de hacer, dar y amar demasiado era mío y llevo un año poniendo remedio, creo que no lo estoy haciendo nada mal... Aún no he llegado dónde quiero pero como se dice coloquialmente; os juro que me lo estoy currando mucho.
Resumidamente mi objetivo; interpretar el mismo papel pero actuando mejor cada vez. La cosa es que nunca se recibe más afecto por más cosas que hagas, lo sé, lo he intentado... La responsabilidad de todo esto es mía (digo responsabilidad porque no me gusta decir culpa, ya me he torturado bastante), ellos ya eran así, (unos más y otros menos) el problema de hacer, dar y amar demasiado era mío y llevo un año poniendo remedio, creo que no lo estoy haciendo nada mal... Aún no he llegado dónde quiero pero como se dice coloquialmente; os juro que me lo estoy currando mucho.
El 2012 ha sido pues el año del fin de mi anterior mundo. Estoy elaborando cosas muy difíciles pero que me
parecen muy necesarias, pienso seguir por este camino y escribiendo
qué tal me va...