“Sé que está con ella ahora mientras escribo. Y lo peor es que eso no me hace odiarle, le echo muchísimo de menos. No puedo dormir por las noches... Si me duermo tengo pesadillas y los veo juntos. Ojalá yo hubiera podido ser como ella, ella es guapa y está buena, ojalá que hubiera podido lograr que él dejara de destruirse y hubiéramos sido felices los dos, como siempre... No le merezco, él es perfecto y simplemente yo no... No me sorprende que se haya ido con ella “los guapos salen con los guapos” ¿qué pensabas, que él te querría para siempre esta vez? No me sorprende pero me duele, le quiero y le echo de menos, ojalá hubiera podido ayudarle mejor y hacer que lo dejara todo, él no es así -me lo dijo-soy yo que le obligo a tratarme así...”
A la gente no le
gusta la palabra adicto y a mí no me gusta no llamar a las cosas por
su nombre, estoy en contra de los eufemismos. Creo que no son las
palabras lo hiriente u ofensivo, es el sentido despectivo o
peyorativo que les da quién las pronuncia y cómo lo hace. Opino que
con respeto y educación se puede llamar a todo por su nombre, pero
mi opinión es, como siempre, absolutamente discutible.
El MDMA y el NDA (novio drogadicto y alcohólico)
guardan similitud en muchos aspectos. Su sabor al consumo es amargo y
amargo es ir probando y comprobando un día, tras otro más cómo él
se autodestruye ante ti y todos tus esfuerzos -(ojo al
determinante posesivo, ya que es determinante valga la redundancia)-
por su mejora no sirven de nada.
¿Qué decir del
sexo?, el sexo con MDMA es una experiencia extra-sensorial, es de
colorines y fuegos artificiales. Todo tu cuerpo está absolutamente
receptivo a todos los estímulos, todo a flor de piel y los detalles
más sutiles como algunas caricias y respiraciones son la
experiencia más intensa jamás vivida. La capacidad de empatía
aumenta en el aspecto emocional y el sexual (es pura química;
sinapsis neuronal, serotonina en cantidades industriales) Es pura
pasión, como el sexo con un NDA; por desgracia, cuanto más
destructiva es la relación mejor es el sexo en la misma. Hay más
pasión, más amor-odio, más extremos, más necesidad, más
intensidad y no podemos dejar de lado que el sexo en las relaciones
con un NDA es magia. La magia de solucionar todos los conflictos en
la cama y de que el sexo sea el bote salvavidas de la relación. Sí,
ya sé que parece una pasada pero lo siento, no dura eternamente el
solucionar los conflictos con un rato de coito, Grey y Anastasia lo
solucionan todo con “polvos mágicos” pero son personajes de
novela. Los orgasmos no hacen la compra, no hacen la cena, no limpian
vuestro piso y sobretodo no solucionan su adicción al alcohol, ni a
las drogas, ni al juego. Tampoco establecen una dinámica relacional sana y distinta a la que tiene una mujer que ama demasiado con un adicto. Y es muy probable que con el tiempo te
sientas más prostituida emocionalmente por regalar tu intimidad
sexual a tu amado NDA a cambio de sentirte querida durante un rato de
coito. Claro, nadie discute durante el sexo y si se discute puede ser
un juego excitante o divertido pero NUNCA serio, como serio sí es
discutir fuera de la cama.
Cuenta la leyenda,
que algunas mujeres que aman demasiado ofrecen sexo a su NDA para que
éste no se fume otro porro, o no beba, o para que deje la
tragaperras del bar y se vayan a casa a achucharse un rato... Tampoco
funciona a largo plazo, apuesto 120 euros a que post-coitalmente
estará suplicando que le dejes fumarse otro porro.
El precio de
mercado del MDMA es relativamente caro y objetivamente caro es
vendérselo todo a un NDA. Lo más valioso que poseemos es nuestro
corazón y venderlo por entero, sin hacer trozos ni mitades al peor
postor, esto es; un NDA porque creemos que es quién más lo merece y lo necesita,
sale sin duda muy caro porque luego lo pierdes todo.
Resaca de MDMA, con
erre de ruptura con un NDA.
Tanta intensidad no
sale gratis. Al día siguiente, la resaca es proporcionalmente
desagradable a lo agradable de “la fiesta” del día anterior.
Igualito que en la ruptura con un NDA. En ambos casos según tu
estado de ánimo puedes sentirte, apática, depresiva, triste,
ansiosa... Y estos sentimientos van a a ser igual de intensamente
malos a cómo han sido los buenos.
No es nada fácil
recuperarse de una ruptura así o de una relación así, pero se
puede.
Aceptar que una
relación así ha terminado no es fácil, pero se puede. Con el
tiempo sucede que ves con claridad que se ha terminado. No es una
ruptura más, se ha ido. Tómate la muerte de vuestra relación
destructiva como el nacimiento de tu vida independiente, aunque al
principio esto te suene a un dialecto del mandarín.
Como mujer que ama
demasiado el sentimiento de abandono es el peor que puedes
experimentar, es el más doloroso, nuestro mayor temor. Pero se ha
ido y tú te sientes abandonada, te sentirás abandonada durante un
tiempo que te parecerá eterno pero que se acaba. Debes
pasarlo, debes hacerlo con una sola creencia que te resultará
increíble: saldrás adelante.
Le olvidarás, no
puedes salvarle a él, acéptalo. Sé que lo has intentado con todas
tus fuerzas y de qué manera, ya lo sé que de todas las maneras
humanas y divinas y sé que seguir intentándolo es tentador, pero no
eres un centro de desintoxicación ni de rehabilitación.
¿Qué hacer con tu
inquietud? puedes salvarte a ti. No puedes curar su adicción, pero
puedes curar tu adicción a él.
Fantasmas que
impedirán (o tratarán de impedir) que te cures y que te sanes de tu
adicción a él, identifícalos (y mátalos):
La culpa:
“si yo no le ayudo, nadie más lo hará, él me necesita, yo le
necesito, está solo, nadie le ayuda, no tiene madre murió. Ha
sufrido mucho en la vida no debo ni puedo abandonarle...” Puede
que sea cierto, pero ya ha tenido tu ayuda, no la quiere, no la
acepta y con un 90% de probabilidad digo que no sólo ha pasado que
no la quiere ni la acepta, sino qué te ha pateado en la boca y, peor
aún, el corazón cuando lo has intentado. El barco se hunde y perdón
por la expresión pero... Salva tu culo, no el suyo. Pudo
aprender a nadar, tú le habrías enseñado a nadar en su furiosa
marea de problemas con tu amor, tus sonrisas y caricias... Y decidió
ahogarte con él.
El (mal) amor,
el amor que conoces: “Lo
amo ¿cómo puede no verlo?¿cómo puede no ver cuánto me duele
verlo así? Merece otra vida distinta a la que lleva pero pobrecito
tiene muchos problemas por eso bebe, se droga y juega, merece que yo
le quiera para que él sea feliz. Cuando no está borracho o drogado
nos va tan bien...” Él
ve que lo amas porque no es un robot como Arale. Respecto al daño
que te hace verlo así; si él no es consciente del daño que se hace
a sí mismo obviamente no puede ser consciente del daño que les hace
a los demás. Ni siquiera a ti, aunque de verdad te ame con todo su
ser. Respecto a cambiar de vida, de nuevo él no
quiere, no le brota de
su masculinidad cambiar de vida y eso sí que es difícil de aceptar.
Por último tú mereces lo mismo que deseas para él; deseas que él
se sienta amado y feliz como para no evadirse en sus adicciones. Tú
mereces absolutamente lo mismo sentirte amada (bien amada) y feliz,
¿te lo da? ¿No, verdad? No hay más preguntas...
El autoengaño:
“éramos muy felices juntos, nunca en mi vida he sido tan feliz con
alguien. Tal vez si delante mía no bebiera, ni jugara, ni se drogara
llegaríamos a un punto medio para los dos y estaríamos bien”.
Sé honesta contigo misma, seguro que ya lo habéis intentado y si no
lo habéis intentado este parche sólo durará un par de kilómetros,
él necesita sus adicciones compulsivamente, lo siento, pero las
necesita más que a ti, aún con todo lo espléndida, amorosa y
maravillosa que estoy segura que eres con él.- Te lo dice la tía
Julieta que lo sabe.
La fobia a la
soledad de la mujer que ama demasiado: “tengo
ansiedad desde que él no está, necesito que me abrace, sólo si me
abraza estaré bien, no soporto echarle tanto de menos, no
quiero estar sola, no puedo”.
No tener a tu NDA y estar sola, no son sinónimos. La compañía de
otras personas que no sean él, cuenta. Ya
sé que me replicarás que no es lo mismo, pero tienes que
acostumbrarte a valorar otras compañías distintas a él para
recuperarte y sobretodo a estar contigo. Cuando te curas una herida y
la desinfectas duele, pero de esta manera se curará. Si nunca
desinfectas ni pasas por ese instante de dolor profundo, la herida
sigue ahí y probablemente se ponga cada vez peor... ¿Qué tal
cambiar estar sola por estar contigo misma? Me apuesto la mano
derecha -y es con la que escribo y como- a que con tantas atenciones
como necesitaba tu NDA no has tenido tiempo de estar contigo, ni de
pensar en ti y tus necesidades, es normal un hombre así tiene
tantas... Pero eso se acabó, reparte tu tiempo en llorarle (para
superar y purificarte) y pensar en ti.
Acabo con algo en lo que he estado
pensando estos días. Replegar la energía que invertía en él en mí
no es rendirme, es luchar en otra dirección. Se trata de luchar en
dirección a mí. Mejor dicho de luchar por mí.
Hacer
esto creo que significa asumir que vale la pena que luche por mí y
mis objetivos, tarea harto difícil, cuando desde que tengo uso de
razón libro las batallas de los demás y las convierto en mis
batallas perdidas que libro incesantemente. Pero ya sabéis lo que se
dice, difícil no es imposible.