domingo, 27 de octubre de 2013

Me encantan las bodas

Este fin de semana he estado en Andalucía en la boda de unos amigos. Ha sido muy divertido. Quise escribirles algo y en principio creí que el texto sería para leer en la iglesia por lo que puesto aquí me parece demasiado formal, pero no deja de ser muy en la línea del blog y de lo que pienso sobre el amor y lo que personalmente creo que significa contraer matrimonio.

Si tenemos en cuenta que hay unos 7000 millones de personas en el mundo quizá alguien comparta conmigo que el amor es un encuentro. No se trata de un encuentro sencillo y por eso lo entiendo como el hallazgo de un tesoro espiritual y profundo que nos une sin que nada podamos hacer ni decir salvo rendirnos a ese sentimiento y aceptarlo.

Dos personas que nacen entre 7000 millones de personas más, no tienen en principio el camino fácil para encontrarse y unirse el uno al otro para siempre. Pero el Universo siempre tiene sus propios planes y si algo tengo claro es que si dos personas están destinadas a estar juntas lo estarán.

Todos hemos nacido a la Vida del amor de un hombre y de una mujer y por eso entiendo la celebración del matrimonio como ritual de formación de la pareja y a su vez, la formación de la pareja como el fin espiritual de la existencia humana y el sentido de la vida misma ya que en puridad de esa unión nacemos y por lo tanto somos. En esta creencia que explico y tengo, opino que todo en la vida nos dirige y encamina hacia el otro. Tengo claro que el amor es la fuerza que mueve al mundo. Entiendo pues, que todo lo que habéis vivido desde que vuestras familias de origen os dieron la vida os ha encaminado a este momento; a este “sí quiero” que hoy os habéis dado. Creo firmemente en esta suerte de amor que os deseo para siempre y que hoy -frente a la alegría de vuestras familias de origen y de vuestros amigos celebramos juntos y adquiere pleno sentido con vuestro matrimonio.

Deseo que la gran dicha de hoy sea ínfima con la que os esté por llegar y os merecéis. Deseo que cada día recordéis la promesa de amor eterno que hoy os hacéis y la reinventéis mejor y más sólida día tras día y año tras año. Que en los momentos de discusión o crisis que llegan a veces a todas las parejas recordéis que la igualdad y el respeto han fundado la vuestra y que, aunque diferentes, o teniendo diferencias en algún instante, no hay nunca mejores ni peores en una pareja sólo iguales, sólo el uno respetando al otro.

Deseo que nunca os lleguen las dificultades y que si lo hacen las enfrentéis con las manos entrelazadas como esposos aliados que hoy sellan su amor simbólicamente con la entrega recíproca de vuestras alianzas.

Deseo que de este amor profundo que os tenéis nazcan vuestros sin duda hermosos hijos y que podáis disfrutarlos todo cuanto la vida os permita y que sean más de cien años.

Vuestra familia amigos y yo misma os deseamos todo lo mejor para vuestro matrimonio y que seáis siempre felices.

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