Todo un clásico y viejo como el hilo negro, acabáis de romper o hace algún
tiempo ya y los recuerdos te persiguen como el Coyote al
Correcaminos. No te diré que es normal lo que te ocurre porque estás
harta de oírlo y además no consuela nada. Pero no todos los duelos
son iguales en cuanto a dificultad ni tiempo de superación,
afortunadamente.
En función de la memoria que tengas,
del tiempo que hayáis estado o de la intensidad de la relación,
este proceso resulta más o menos difícil.
Te parecerá que el universo conspira
para que no le olvides porque de pronto ves a un chico que lleva una
camiseta de ultimísimas rebajas que sólo quedaba una talla y se la
compró él contigo. En un lugar a kilómetros de dónde vives o
incluso de viaje en otro país, entra un chico en el restaurante y es
igual que él, parada cardiorespiratoria, de pronto se acerca y el
médico grita: “¡la perdemos carga a 360, fuera!”... No es él,
y tus pulsaciones vuelven a la normalidad. Estás en la montaña
rusa, te sientes muy poco dueña de tus emociones, según qué día
hayas tenido, si te pasa esto; llorarás o simplemente te pondrás
más triste.
Trata de dominarte y ser fuerte,
respétate a ti y a tus
circunstancias difíciles. Yo en estos casos cuando no hallo fuerza
en mí pienso en Gorgos -(reíros de que se parece a gorgonzola para
relajar el corazón un rato)- la mujer de Leónidas de la película
300. “La gorgonzola”
-(disculpádme el vulgarismo para distraeros de algo triste)-
sabía que muy probablemente no iba a volver a ver a su marido, que
seguramente él iba a morir y lo amaba con pasión desmedida, tal y
como nos enseñaron la noche anterior...
Para las que no lo hayáis visto, en la despedida mañanera, “la
Gorgon” se irguió
cuan alta era y no derramó una sola lágrima -las espartanas son
“tías duras”,
pueden con todo- , frunció el ceño: “¡Espartano! -le
gritó y seguro que con el corazón encogido y los puños apretados-
encárgate de volver con tu escudo o sobre él”. “La gorgon”
fue fuerte -(y eso que el
queso es blando, humor)-y tú también puedes. Copia a las
espartanas, haz de ser fuerte una tendencia como lo es el animal
print de leopardo. Piensa que estas desagradables coincidencias
cada vez ocurrirán menos, ignóralas cuanto puedas. Si bien al
principio es bueno sacarlas y compartirlas con tus amistades -(tal
vez lo necesites porque sientas que te estás volviendo loca y que
sólo tú has visto al clon de tu ex)-, no es muy aconsejable
invertir energía en hablar de ello y de tu ex cada vez que
esto ocurra. Date un tiempo prudencial, apelo a tu sentido común
para baremar qué es el tiempo prudencial que necesites y cada una
necesita un tiempo distinto. Tú tiempo no tiene por qué ser el que
tardó tu amiga en superar la perdida de su pareja, el tiempo es el
de cada uno, así que no te sientas peor de lo necesario porque ya
deberías tenerlo superado. -¿Quién lo dice?, ¿quién dice
cual es el tiempo reglamentario para superar una pérdida?,
¿COSMOPOLITAN?, ¿La UEFA? Aquí no hay plazos ni fechas para
bien o mal.
Bromas aparte, los recuerdos son muy
traicioneros. Sólo hueles su perfume por la calle y para colmo
dormir es horrible y más aún si vivíais juntos...
De pronto, eres igualita que Gollum con el Anillo custodiado por Frodo y puede ocurrirte que estés
en Zara con dos amigas para distraerte, frente a una cesta de rafia
multicolor, y que al querer comprarla rompas a llorar. Como si del
asalto a una diligencia se tratara, te viene a la mente todas las
veces que “nosotros” hemos ido de compras juntos lo mucho que a
”nosotros” nos gustaba y sus consejos y parece que lo ves ahí de
pie, riéndose de que esa cesta es de yaya y
lo más feo que ha visto en su vida. -Era tuyo, era tu tesoro y no está.
Otro día puede
ocurrir que abras un cajón del congelador y al sacar unas alitas de
pollo Bofrost rompas a llorar de pura pena. Y esto último es muy
patético, tal vez ridículo y penoso, pero es que cinco noches a la
semana durante siete años le preparabas la cena y esas son sus
alitas de pollo preferidas y las preparaba él en tu cocina y
conversaba y reía con tu padre mientras cocinaba en tu casa, tú
eras feliz y todo estaba bien...
Toda esta
descripción es cierta, como cierto es que él ya no está, trata
de asumirlo con dignidad. Ya no hay primera persona del plural
“nosotros”, ahora eres singular, “yo”. No veas esta nueva y
desagradable situación como una tragedia digna de Sófocles. Si quieres,
puedes darle un enfoque positivo. Toda crisis, conlleva cambio,
conlleva crecimiento; igual que la muerte entraña nacimiento. Trata
de enfocarlo como una nueva oportunidad de reinventarte y de volver
a empezar en tu vida. Mucha gente nunca tendrá esa oportunidad.
Ahora ya no eres la misma que cuando empezó esta relación, has
aprendido muchas cosas buenas y malas, pero provechosas todas para
crecer. -Ya sé que esto que digo no es fácil de hacer ni de ver,
no me he convertido en Juana la loca sin Felipe el Hermoso. Y si
luchas por y para ti, tampoco tú serás Juana la loca. Sé que
cuesta mucho, pero las cosas más difíciles de conseguir son las que
valen la pena. Por último, no permitas que los recuerdos se
conviertan en cientos de sanguijuelas que te chupen la sangre y
acaben contigo.
Hay recuerdos en
tu memoria que no se pueden eliminar porque no eres un ordenador,
pero sí hay objetos cotidianos a la vista que pueden producirte un
desangre emocional como lo harían las sanguijuelas que he mencionado
antes, elimínalos.
Prometo que no voy
a comisión, pero en Ikea hay unas cajas NOSTALGIK -(estos suecos
tienen un sentido del humor de lo más parecido al mío)- dónde
estaría muy bien, en cuanto tengas fuerza para ello o que te ayuden,
(aunque mejor sola); que guardaras fotos, regalitos y demás cosas
que ahora no es recomendable ver. Que tu eslogan sea: “todo
aquello que me provoque nostalgia, a las NOSTALGIK que va”. -Se me
acaba de ocurrir, trataré de vender los derechos para algún
anuncio.
Guarda las fotos
de manera rápida y mecánica, si pierdes el tiempo en
regodearte en tu dolor mirándolas será peor el remedio que la
enfermedad. Ten paciencia y piensa en ti como si estuvieras enferma,
estás muy débil y tienes poca energía, todo acaba de ocurrir. La
poca energía que tengas es para ti, para retirar cosas
que duelen, no para invertir tu valioso tiempo en ver fotos felices
con tu ex, queda prohibido poner “vuestra canción” mientras
lloras y recoges las cosas que quedan de vosotros. No es necesario,
ya te basta para llorar con lo que hay. Si haces algo así piensa:
¿cuando me quemo una mano sin querer cocinando, me hago cortes entre
los dedos de las manos con una hoja de papel para sentirme mejor?”
-No ¿verdad? Pues esto es lo mismo, es innecesario.
Si no quieres
hacer cajas, por ejemplo porque te lo has encontrado en vuestra cama
con tu mejor amiga o porque habéis acabado como "Pocahontas", utiliza sacos de basura sin lugar a dudas. Eres
una chica limpia y la basura debe ir a la basura.
Si te da pena
tirar muebles de vuestro piso, ropa y demás cosas que llevan grabado
“nosotros” pero tampoco quieres conservarlos, hay organizaciones
de caridad que necesitarán estas cosas que a ti tanto dolor te
provocan y que pueden servirle a otras personas. Recursos a tu
alcance para deshacerte de los recuerdos físicos hay muchos pero
requieren un gran esfuerzo por tu parte. Hacerlo vale la pena y si es
inmediatamente posterior a la ruptura mejor, cuanto más lo
postergues más duro se te hará.
Desviándome algo
del tema pero continuando con lo mismo. Sugiero que no escuches la
radio porque te parecerá que sólo ponen “vuestras canciones” y
no es que todas las emisoras se hayan compinchado para complicarte la
vida, es que son fatales coincidencias que ocurren. Yo sugiero un mp3
o CD de hip hop o de AC/DC o Metallica. Es casi imposible estar
triste escuchando este tipo de música. La música es un catalizador
de emociones y el rock da fuerza, tal vez no te gusta esa música
pero estás poniéndolo todo de tu parte para ser fuerte. Escuchar
canciones de amor “cortavenas” como yo las llamo, te quita la
energía y necesitas cuidarte y darte fuerza. -Esta última
parrafada puede parecer una tontería pero he querido incluirlo por
si, como a mí, la música te afecta.
Para terminar,
recuerda que tu mente es algo manejable y controlable. Haz todo lo
posible por parar pensamientos dolorosos y destructivos. Échale
coraje y agallas. Concluyo con “la teniente O'Neil”, una buena
película para ver si estás pasando por algo así. Quiero recordaros
la escena en que su oficial le está pegando una paliza de muerte,
esas sois vosotras débiles y apalizadas, sangrando por los
recuerdos, llenas de golpes, semiinconscientes. De pronto ella saca
fuerzas de flaqueza y lucha contra el oficial que la reta a
abandonar, entonces ella dice algo muy soez pero que a mí me da
fuerza cuando me asaltan inoportunos recuerdos. “¡Chúpeme la
p*** señor!”
Cuando estéis
hastiadas o queráis tirar la toalla porque no os quedan fuerzas para
luchar contra vuestros recuerdos, gritadles alto y claro la frase da
la teniente O'Neil. -¿O es que os la imagináis llorando en Zara
o preparando la cena mientras solloza o yéndose a dormir ahogada en llanto?, ni de coña.
3 comentarios:
Eres increíble!
Auténticamente increíble! Ya casi he acabado con mi caja "NOSTALGIK" y la verdad, desde que tengo menos recuerdos a mi alrededor ¡Gozo de mejor salud mental!
Att: Silvia :)
Gracias a las dos por vuestros comentarios. :-)
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