lunes, 11 de marzo de 2013

El principio del final

     La última vez que escribí sobre quién-vosotros-sabéis (hace exactamente dos posts) es decir, Alejandro, enfermé del estómago presuntamente a causa de nervios y estrés. Se ve que los recuerdos tienen en mí un efecto parecido al diario de Tom Riddle, (Voldemort para los iniciados) ese recuerdo que casi mata a la pobre Ginny Weasley en la segunda entrega de Harry Potter... Al igual que ocurre en Harry Potter y la Cámara Secreta, a veces los recuerdos pueden tornarse muy poderosos si lo permitimos y pueden tratar de “quitarnos la vida”. Así que, pasando a un tono menos lúgubre y más humorístico, escribo tranquilamente nerviosa pensando en que si siento un leve hormigueo en el brazo izquierdo me está dando un infartito y debo pedir auxilio. Bromas a parte...


Noviembre 2008

- Me “alegra” que hayas ido a ver a la persona que te ayudaría a evitarlo.

-Quiero vivir mi vida y divertirme porque antes no me divertía.

-Me alegra que tu nueva novieta sea tan divertida y que yo no lo sea y que yo quiera que te enfrentes a tus sentimientos, a tu vida.

-¿Pero cada segundo de cada día?

-Intento ayudarte porque esos es lo que hacen los adultos cuando se aman pero si tú quieres irte con “Miss risas” todo el día es cosa tuya pero asegúrate de que ella piensa igual. ¿Te ha dicho por qué no te llamó ese verano? ¿o te ha explicado por qué os mandó un mensaje a él y a ti a la vez?, ¿por qué enviaba mensajes a tu familia en vez de estar? Yo siempre te he querido Alejandro pero has colmado el vaso.



Agosto 2008

-Se ha ...ta, se ha... Julieta , ella...

-Aura, no te entiendo, tranquila no llores, ¿qué ha pasado?

-Está muerta... se ha muerto con él, hace diez minutos... Te necesitamos, mi hermano te necesita, sólo dice “que venga Julieta, no quiero ver a nadie más” y no se ha separado de ella...

-Voy en seguida, me he dormido le llevé a casa a las 5 y media de la madrugada, ¿es muy tarde? Espera lo miro en el móvil... Las diez menos veinte, lo siento me he dormido, en seguida voy. Aura tranquila eres la mayor, te necesitan fuerte.

-Ven pronto por favor te necesitamos con nosotros, eres de la familia.

Nunca he corrido tanto en toda mi vida. Abrí la puerta y nos miramos, él se esforzó por sonreírme siempre lo hacía, siempre me sonreía, ese es el buen recuerdo que quiero quedarme.

No espero que nadie entienda lo que voy a contar pero ¿habéis visto el amor y la profundidad alguna vez?, ¿habéis visto el corazón de alguien, su esencia más profunda y él ha visto la vuestra en una mirada, un tiempo y un espacio? La unión más mística que he tenido en toda mi vida con un ser humano la tuve ese día y no pretendo frivolizar con algo tan doloroso, pero dado que no fue durante el sexo (el cual amplifica, magnifica y/o “crea presuntos sentimientos” donde podríamos hablar de orgasmos y no de emociones) creo con absoluta sinceridad que ese amor y ese abismo es el sentimiento más devastador y visceral que he experimentado en toda mi vida. (Es importante señalar que aun no soy madre, probablemente si lo fuera, mi discurso sería muy distinto).

No obstante, puedo dar la razón a los escépticos y podéis pensar que estoy loca, que era muy joven, que no sería para tanto... Acepto, pero yo sentí eso.



Octubre 2008

Cerca del final.

23:00h

-¿Te gusta el hotel?

-Me gusta estar contigo.

-¿Te importa que me quede tomando unas copas con mis cuñados? Me apetece quedarme un rato con ellos... ¿Me prepararías un baño de agua caliente de los que sólo tú sabes hacer?

-Vale pero no tardes, dan el Orfanato y me da miedo verla sola, pensaba que la veríamos juntos pero me alegra verte relajado y bien... Te espero arriba.



3:00 a.m

Ella se despertó por el frío, él dormía por el alcohol. Ella esperaba que él llegara la despertara y la arropara y eso era culpa de ella, él quería beber y divertirse lo había dejado muy claro.

Él dormía ajeno a todo. Ella lloraba por preparar baños que se enfriaban solos en el baño en suite de un hotel al que habían ido para estar juntos, no para estar cada vez más separados, lloraba porque empezaba a entender que no sólo había muerto ella, lo que había entre ellos estaba muriendo. A él ya no le parecía algo a cuidar lo que tenían, ella quería mantener lo que tenían a toda costa, quería sanarlo, pero siguió llorando porque empezó a entender que sola no podía hacerlo y que no podría en el futuro. Salió al balcón a llorar y a fumar sin hacer ruido. Él ni siquiera sintió que ella se había levantado de la cama. ANTES la habría detenido y obviamente se habría despertado porque dormían abrazados...



Septiembre 2008

     Era una comida familiar. Estaba toda la familia de Alejandro, tíos, tías, primos, primas, su padre... Y por tanto, todo el mundo hablaba, con tristeza en el ambiente pues faltaba la anfitriona que había muerto hacía pocos días. No venía a cuento y Alejandro la miró como nunca olvidaré aunque cumpla 100 años y rompió su silencio diciendo lo bastante alto para que todos callaran:



-¿Cuando te mueras qué hago contigo entierro o incineración?



A ella se le anegaron los ojos y se le hizo un nudo en la garganta, estaba escuchando en ese instante una de las cosas más preciosas que él le había dicho. Él no sólo estaba dando por sentado compartir su vida con ella, estaba dando por hecho que cuando fallecieran estarían juntos. Él estaba expresando su temor a no saber qué decidir si ella moría antes que él. Él estaba compartiendo su miedo porque ese día juntos -como siempre- sin soltarse las manos, habían acudido a la incineración de su madre y él aun la quería y tenía miedo a perderla cuando ella muriese, miedo a no cumplir sus deseos más allá de la muerte de ella. A ella o más claramente a mí, pero me cuesta contarlo en primera persona, me pareció que nada más hermoso podía haber que la expresión de ese deseo.





También puedo quitar toda la magia para los escépticos y puedo simplificar racionalizando todo sentimiento. Sólo era curiosidad por saber que quería yo tras mi muerte, sin nada más. Pero no fue así.



Sin irme a ningún extremo de los que he dicho,  ahora mismo necesito paz y me gustaría alguien que, antes que tras mi muerte, me preguntara por mi vida,  me preguntara por qué hacer conmigo en su vida y lo hiciera, que me amara en vida, sin dramas.





Noviembre 2008



-Este viaje nos vendrá muy bien para olvidarnos de todo lo que está pasando aquí... Me apetece llevarte a desayunar a Starbucks para no escucharte más diciendo las ganas que tienes de ir jejeje y también de compras y me apetece mucho estar solos, es nuestro primer viaje solos.-dijo él, sonriendo.

-Y juntos.-Dije yo.

[...]

Ella empezó a beber y fumar todo lo que podía le estaba perdiendo y él empezó a huir de ella todavía más rápido.

3 días después: humillación.

-¿Qué cojones te pasa?

-¿Por qué estás tan enfadado conmigo?

-¡Porque intento dormir y no dejas de intentar abrazarme! y no sé qué hostias te pasa pero ya hablaremos cuando volvamos de viaje porque estás insoportable, no sé por qué coño tuviste que ponerte a llorar ayer cuando llamé a Griselda y no creas que no sé que llorabas por eso... ¡¿Qué hostias quieres?!

-Sólo quería abrazarte para dormir y estar contigo, creía que este viaje era para nosotros y duermes en la otra punta de nuestra cama. Si no querías estar conmigo ¿por qué me pediste que viniéramos aquí?...

-¿¡Y para esto me despiertas puta guarra!? -no viene a cuento pero necesito imaginar música celta, loros en monociclo, malabaristas, fuegos artificiales para poder seguir escribiendo-. Eres una puta guarra y una zorra y me das asco y no me voy a dormir al sofá porque está Patricia con su novio en el salón y no tengo más remedio que dormir contigo. Déjame dormir de una vez y que te jodan. Y no te pongas a llorar ¿eh? ¡Ni se te ocurra ponerte a llorar encima!

-No sé como has podido perderme el respeto de esta manera y tan rápido... Debo de haberte hecho algo horrible y debes de odiarme mucho para hablarme así, nunca me habías hablado así y estoy sufriendo mucho con todo esto... Sabes que no puedo dormir si estamos enfadados, me pasa desde que eramos pequeños y ahora mismo estoy muy nerviosa y muy triste y no puedo respirar por lo que me has dicho. Así que por favor Alejandro si queda algo en ti del Alejandro que yo conozco dame un abrazo para que me calme, o dime algo que me tranquilice pero no me dejes así, mañana por la mañana lo hablamos y me dices lo que quieras pero no puedo irme a dormir así...

-Además de ser una puta guarra y una puta zorra eres una jodida pesada y me importa una mierda que no puedas respirar, no me sale de los huevos hablarte ni darte un abrazo ni decirte nada que te den por el culo y déjame dormir. ¿Me oyes? ¡qué te jodan!


    Él se dio la vuelta, ella ya llevaba llorando desde el primer “puta” temblaba como la última hoja de un árbol en un día ventoso de octubre, a penas podía caminar, era todo tensión, abandonó la cama con Alejandro en ella, iba a vomitar. Estuvo vomitando y llorando un buen rato, en el baño, el baño estaba pegado a la habitación de ellos dos, después de vomitar tres veces se quedó agazapada y tumbada en el suelo abrazando sus rodillas, llorando sin consuelo, mirando la base de la taza del WC. Si Alejandro no se había quedado en coma tras la discusión, ni había sido presa de una hipofonía súbita debía de oírla llorar y vomitar su pena, pero nada hizo, nada dijo, dejó que todo esto pasara así. Ella también dejó ser vejada y humillada hasta que su cuerpo reaccionó vomitando y con un ataque de ansiedad. Ella volvió al dormitorio a la media hora, aun muy nerviosa, cansada de estar tumbada en el frío suelo del baño y de vomitar, presa del pánico y la incertidumbre de qué iba a pasar con ellos y los días que les quedaban ahí.

Cuando abrió la puerta del dormitorio no podía creerlo, Alejandro dormía plácidamente, es más, roncaba y no era fingido, ella sabía bien cuando él dormía. Eso fue una puñalada, ver que ella estaba destrozada por sus palabras y él roncaba... No tenía a donde ir, las habitaciones estaban ocupadas y el salón también, pensó en tomar una copa, fumar y dormir en la bañera, le pareció lo más sensato. Sólo sabía hacer eso ante lo que le pasaba, eran dos refugios muy cercanos, tabaco y alcohol, cuanto más alcohol mejor, o al menos, menos mal.

En la bañera hacía frío para dormir y le daba vergüenza que alguien fuera al baño y la vieran allí, no quería tener que dar explicaciones. Volvió al dormitorio, tenía escalofríos y temblores, no quería dormir en la misma cama que él, tenía miedo de rozarle sin querer y que se volviera loco otra vez y no fue valiente para decirle que se fuera a dormir él a la bañera o a la terraza, más que no ser valiente, le amaba demasiado como para hacerle daño. No le dijo nada porque también tenía miedo de que él se volviera loco otra vez y volviera a gritarle todos esos insultos horribles, tenía miedo... Acabo de pensar que el miedo es un gran indicador para saber cuando amamos demasiado. Cogió su almohada la puso en el suelo y se tumbó sobre ella para dormir en el suelo y no tener frío, deseando que amaneciera pronto, sabía que no iba a poder dormir pero intentaría descansar. Él roncaba tranquilamente, ella lloraba ansiosamente tapándose la boca con un jersey para no despertarle y que volviera a gritarle... Qué curioso, le dolía mucho el estómago.


Errores

Yo le quería más que a mi vida, primer error.

Él ahora no tenía madre y yo no quise permitirle no tener madre porque no quería que él sufriera segundo error.

Yo no aceptaba que él debía sufrir para después tal vez y sólo tal vez estar bien, tercer error.

Yo no podía soportar perderle, sentía pánico de perderle y de que él me perdiera estando como estaba, cuarto error.

Yo quería serlo todo para él y eso ahora significaba pasar de pareja a madre porque él no la tendría ya más, error fatal.



No se puede querer a nadie más que a la propia vida. La vida es el sustento de todo lo demás que una persona ha de tener, ningún amor sano de pareja vale más que nuestra propia vida ni jamás nos hará tal demanda, y si estamos sanos, jamás haremos tan grotesca oferta.



Nos obsesionamos con evitar el sufrimiento propio y el de las personas que amamos cuando muchas veces del sufrimiento y las crisis brotan los grandes acontecimientos de la vida.



No podemos relacionarnos en pareja desde el miedo a perder al otro. Se trata de cambiar el : “no puedo vivir sin ti” por “sin ti puedo vivir pero me llena el corazón que mi vida sea contigo”.
 Yo era de las “no puedo vivir sin ti” pensaba que me moriría o me mataría pero que mi propia vida no era posible sin él y por cierto, para las románticas como yo, experimentarlo no es bonito, es terrorífico.


1 comentarios:

dlopez dijo...

Los errores nos hacen aprender.

De todos modos en el momento en el que te falta al respeto el ya no te merece. No dices si el esta en algún estado de enajenación, aun que, aun en ese estado mucho se tendría que disculpar para que pudieses perdonarlo.

Sientes con mucho detalle, eso amplifica las sensaciones de tus sentimientos, por lo que no te recomendaría estar cerca de fuentes negativas :)

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