lunes, 22 de septiembre de 2014

El Norte

Hacía demasiado frío para pensar y no lo pensé demasiado. Estábamos lejos pero muy cerca y se me cortaron las manos enteras.



Fue hermoso, nadie lo podrá negar si nos hubieran visto. Tú tenías una sonrisa y por eso me creaste una que había borrado hacía mucho.



No quería subir al tren, si iba nada sería lo mismo, estaba temblando, hacía demasiado tiempo pero a mi niña interior le gustaban tus bromas y el nombre de tu mascota estaba inventado para enamorarme -di la verdad.



Me quitaste el miedo cuando apareció sin ser invitado y nos encontramos Miedo y yo en una estación de Metro. Miedo iba vestido de tu ausencia accidental, temporal. “Mercè no va a venir seguro que era una broma y ha querido hacerme venir aquí para reírse”. A mí que hicieran dos grados me daba igual, no es excusa para el refugio. Cuando viste mi pánico al descubierto me preguntaste qué clase de hombres había conocido y yo no quise hablar de los fantasmas, pero con eso ya nos vinieron a ver casi todos.



Y eras guapo y lo estabas y yo también de no saber qué ponerme o quitarme. Había muchas luces y no era Navidad pero la que me brillaba en los ojos era la más hermosa de todas. No entendía qué me decías pese a que los extranjeros eran el resto, no tú, tú hablabas en mi idioma pero nadie me había hablado tan claro y como dijo el genio: “sigo pensando que nuestro mejor diálogo fue el de las miradas”. Cenamos mariposas o me las comí yo todas, no me acuerdo. Me enamoré por unas fresas con chocolate malo que no pude ni probar de la emoción a las que culpé un tiempo.



¿Cómo se llama cuando alguien te habla y sólo piensas en cuando va a besarte de una vez? 

Y no te entendí nada por los nervios, aunque era brillante todo lo que decías, pero no como tus ojos al mirar los míos. Me temblaban las piernas y por eso intenté asustarte mucho pero decidiste sobrevivir al postre, nadie sobrevive a eso conmigo.



Me habría quedado allí toda la vida de risas contigo. No te miento, no sabes cuánto hacía que no me reía con alguien. Lo habría hecho cuando no me tuviste miedo y lo tuvimos los dos, creo. O yo lo tuve, no hablaré de ti. Nos salió la cama de la cabeza porque no íbamos a ir y el sentimiento se acomodó en el corazón y yo me lo merecía un poco por jugar y creer que no. Que yo era inmune a ti y tú a mí.



Al despedirnos media “yo” se fue a dormir contigo y la otra mitad se quedó despierta mientras hablábamos a oscuras, tú en un sitio con desconocidos, yo en una buhardilla pequeña como la de Harry Potter. Y morí de amor muchas veces esa noche y todas. Me rendí a ello y pensé "¿por qué- por qué- por qué- no te besé como si fuera el último beso de mi vida?". La mesa tenía la culpa, estaba en medio y yo quería esconderme debajo porque tenías que estar escuchando a mi cabeza gritando que me besaras, qué vergüenza más grande. Y tú pensabas en el maletín de pulp fiction estoy segura de ello.



Y me pareció tan larga la noche sin ti y sin poder verte que cuando te vi ya te quería para mí para un rato muy largo de un tiempo de vida. Y sin dormir juntos estábamos guapísimos de no dormir hablando dormidos y tenías de pronto unas manos preciosas y un día por delante para los dos, unas horas que nos pasaron tan cortas... O a mí. Para mí todo se quedó corto.



Tenía que asustarte para que te fueras corriendo porque me moría de miedo, yo sólo quería hacerte el amor en todas partes y sabes que lo habría hecho. Hablaré de mí y no diré nada.



Y eras un maldito valiente y no te asustaste de nada pero estabas muerto de miedo porque era mucho en muy poco tiempo. Y nos abrimos los corazones antes que la ropa y no saltaron los botones como balas de fogueo y tú no sabes nada, pero te odié por ello con la misma intensidad que te quise por la misma razón. No pasó nada de eso, pero abrirnos el corazón fue demasiado y muy tierno. Nunca se lo había abierto tanto a nadie tan de repente y tú no sé qué pensaste. Fue un suicidio emocional y te gustaba verme jugando a ser una kamikhaze y me pedías “hazlo otra vez” querías demostrarme que podías sobrellevarlo, pero no...



Habría paseado todos los pueblos del Norte contigo pero eso no es normal y no me besaste y yo nunca te di la mano porque no te la habría podido soltar llevando el corazón abierto.



Cerramos el círculo y lo cuadramos en una estación como todo fue al principio, pero no queríamos irnos a Boston y a California y nos inventamos un destino en común que no existía como nada de lo que digo. Me moría de calor y estaba temblando de frío. ¿Cómo se llama cuando los abrigos no pintan nada y estamos perdiendo el tiempo vestidos?



Y te fuiste llevándote el verano de Invernalia. Fui muy valiente y me quedé de pie, como si no me hubiera quedado suspendida en el aire expectante de que perdieras el vuelo. No podías irte cuando te estabas yendo, no podía perderte, teníamos que salir del inframundo y yo no te hubiera pedido que me miraras porque quería confiar en ti y lo hice. “¡¿Quién es toda esta gente?! Quiero que se vayan y besarnos ahora mismo. Los voy a matar a todos y saldré en la prensa y bajaré corriendo de este tren, te perseguiré por toda la estación y nos abrazaremos y nos besaremos. ¿¡QUÉ!? en las películas pasa y yo quería estar igual de loca. Media yo se fue tras de ti y te la llevaste. “Quédate aquí Arya, yo estaré allí en casa no voy a quitarte esto, en verano...” y la mataste y aun la ven por ese vagón de metro. Se quedó vagando y nos miró a los dos y nos llamó imbéciles por no buscarnos cuando nos habíamos encontrado.



Habría dado mi sueldo de sonrisas y lágrimas por dormir contigo como fuera y dónde fuera pero no lo dije porque era un salto al vacío. Y te fuiste y ya me hablabas de que toda esa gente sobraba para nuestro abrazo y es que no pintaban ningún cuadro.



Te quise muy fuerte en un espacio muy pequeño y en todas las cosas hermosas que veía pero la más bonita de todas era hablar contigo. Me habría hipotecado por que me enviaras a dormir una noche más. Si no sabes qué es Narnia no se comprende que se cree tanto en tan poco tiempo y seguíamos con el corazón abierto.



Te quise. Te quise. Te quise y te voy a matar de hambre el ego no contando como dolía.

0 comentarios:

Publicar un comentario