viernes, 14 de marzo de 2014

Romper

Como apasionada de todo lo "parejil" y la psicología que a los integrantes y a la relación envuelve, tiendo a realizar símiles respecto a todo con las relaciones de pareja.
 

Hace poco he roto una relación laboral, yo, que nunca he roto con nadie... Ha sido difícil, incómodo, desagradable. La otra parte en discordia haciendo gala de su madurez me dijo muchas cosas horribles.
 

No pasa nada, "desde el momento de la ofensa me hago responsable del perdón". Sé porqué esa persona necesita decir eso y comportarse conmigo de tal modo y por ello la compadezco y la perdono.
 

Estas semanas me las ha hecho pasar mal, cada día,  pero no pasa nada, también lo comprendo. Veo su historia, veo quien es y porqué es así.
 

Esta noche, me ha pedido que por favor habláramos, como un novio arrepentido que sabe de su bravuconada y que no todo lo ha hecho tan bien como se repite a sí mismo por las noches.
Me ha pedido que me quede, que lo considere al menos, que ella cada día me ve más feliz... Eso sólo me demuestra que el 90% de lo que vemos es proyección y que ve lo que quiere ver y por cierto; me dice cómo estoy, lo define, sin preguntarme. Como un novio, como un novio de los que no son buenos.
"No encuentro a nadie más, por favor quédate, no es una pérdida financiera si te pagamos otro billete".
"Necesito irme a casa..." Y me callo muchas cosas que me duelen en el estómago por no herir.
"Bueno, ¿entonces puedes considerarlo al menos? -ella no quiere escucharme, ni leer entre líneas-. Si total no tienes nada más que hacer, no es una pérdida económica".

Es muy interesante un "quédate no encuentro a nadie más". No es un "quédate porque eres valiosa en tu trabajo; no es "quédate por lxs niñxs"; no es "quédate nos gustas", no es "quédate ¿hemos hecho algo mal?" Es "quédate no tengo a nadie más, estoy desesperada" (y casi llorando).
Y como con esos novios, lo que pasa si te dejas llevar por la pena (o el síndrome de Estocolmo) es que luego en cuanto aparezca otra, tú sobras y no eres nadie.
Habla de pérdida financiera porque es la única que conoce (afortunada ella). Para mí la ruina es perder mi felicidad.

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