Siempre he muerto de amor cuando la
Bestia le regala a Bella una biblioteca enorme, llena de libros,
desde el suelo hasta el techo. No me lo puedo creer. Me emociona que
tomen un libro y se acurruquen frente a la chimenea para leer juntos.
Realmente si no hacen el amor después pierden el tiempo. Me encanta
torturarme cada semana impar del calendario gregoriano pensando que
los que me dejan por otra hacen algo así con ella. Qué os voy a
contar que no sepáis de la intensidad con la que me gusta el café.
Me amargo los lunes por el trabajo del
miércoles. Los miércoles me encuentro a su amante mientras canta
Antonio Orozco lloro y no respiro y me pruebo una autoestima que me
queda grande encerrada en el probador pequeño.
Muero de amor cuando él le regala un
espejo para ver el mundo. El mundo no me ve como yo me veo en el
espejo. En ese no, en el que le regala a Bella. El armario tiene
polillas que me comen la seguridad en mí misma y las ganas de
decirte cuatro verdades. Me ha dado un armario que me insulta y no
amordazo por no ofender, era un regalo.
Cuando se esfuerza en humanizarse por
ella y utiliza la cuchara siento mariposas en el estómago y náuseas
y se me cierra de golpe. Me encanta la cena que no pruebo, el
vestido, el baile, las vistas, las velas y la canción. ¡Qué
canción! La belleza está en el interior. La lección es que sus 40
kilos se me caen en el pecho, pero en el interior dónde la Bestia
nunca verá belleza y su machismo me hace gorda mientras le come la
boca y sí, la fuente les está mirando, me han dicho que es azul,
verde, gris y amarilla como mis ojos cuando son fuente. La siguiente
también lo ha visto, pero quiere ser la siguiente, yo lo veo todo
pero no miro, ya me lo sé. Mi niña interior señala donde le duele
la obscena escena en el muñeco y yo le tapo los ojos, pero ya lo ha
visto. Sé que no va a hablar en un par de días el puzzle de corazón
tiene 1500 piezas que juegan al escondite.
Es bueno el bestia, la Bestia. Da de
comer a los pajarillos y se le posan encima y también los buitres y
los pavos reales y yo también, cuando soy colibrí y no una
mariposa. No veo que yo sea un águila en este espejo. “Antonio
calla un rato ya de hablar de tus temblores”. Jamás ha roto un
plato, pero sí toda el ala Oeste, te dijeron que no fueras allí
pero él te lo suplicaba y la prostitución (emocional) va por
dentro.
Cuando con una copa se pide otra boca, o una, a dos, a tres, le gusta que le mire. Me importa un carajo,
soy Mulán tengo una katana de mi padre y todos van a estar
orgullosos de mí. Esta guerra la peleo ¿cuántas vidas me quedan?
Mientras no sepan que soy una mujer mi corazón está a salvo.
Tampoco ha roto la rosa en una boca ni en dos, vale, pero en seis ya
sí. Ha roto todas las cosas del ala oeste mientras yo bajo las
escaleras a toda prisa y me pregunto por la puñetera rosa y sus
pétalos. En las escaleras pierdo los zapatos, ¡mierda! En este
cuento no era. Aquí soy una prostituta emocional, Bella me llaman y
le voy tirando retales de mi manual de psicología para que sepa por
donde ir cuando no come trolls.
Casi me golpea la verdad verdadera con
su lección de cuarenta kilos en la cara. ¿Pero qué es verdad
Pinocho? Esto no es dolor y me como la manzana entera. Venenos a mí
que muero tres veces por beso... No, no, eso no duele, sólo mata.
“Todo va a salir bien lobito bonito”.
“¡Oh! He atropellado a Caperucita , me gusta que el lobo me mire
como si fuera a comerme mejor y no dejarme por eso la he atropellado
agente”. Cuando grita que no podrás ir al ala Oeste y destroza
cosas para intimidarte, es bueno, sólo está asustado, pobrecito,
nunca le han querido, pobrecito, ¿nunca ha querido a nadie? Aun más
escaleras. He soñado con ellas.
Cuando huyes despavorida escalera abajo
porque se ha vuelto loco porque has pisado su zona del castillo
también es bueno, se está esforzando. Sólo “debe aprender a
controlar su genio"-o su testosterona-.
Cuando huyes de la fiesta porque Robin
Hood busca venéreas. Repite conmigo: "pobrecito, él lo está pasando
mal porque la quiere".
Aquí no se vomita el alcohol, se bebe
la amargura. La Bestia rompe tu corazón dos veces antes de la luna
llegue al suelo. No hay puntos de conexión entre el dibujo de Tim
Burton y la loca de los gatos. “O sí, su hambre. Son niñas
perdidas, ya hemos llegado, estamos en Nunca Jamás. Bestia es Peter
y por la mañana pan, al medio día pan y por la noche pan, pan, pan
y voy pidiendo vino y sí, te ha tocado el culo”.
Jasmine, el mundo no es ideal porque
estés con él, tírate de la alfombra en marcha y déjamela. ¡Más
vino! “Antonio hijo, ¿cuánto tiempo eres capaz de cantar?”
Wendy abandona Nunca Jamás pero
hablamos de Bella. Bella sólo ha de quererle un poco más.
A mí cuando se me juntan el mar y el
cielo en sus ojos no me sale refutar a Belén Esteban. Debe de ser
guay lo de hacer el amor frente a la chimenea si Antonio se calla y
puedo vender un picardías.
La Bestia tiene un castillo con muchas
habitaciones, yo cuando era Mérida iba por todas con mi arco
preparado para apuntar a todo y nada en particular. Siempre había
ropa de otras chicas o recuerdos. Pero sólo Bella entró en el ala
Oeste, Mérida hace mucho que dio el cuento por acabado. Pocahontas
se pilló a su amigo, qué le vamos a hacer.
Ariel me entiende sólo porque ama los
ojos de Eric. Ariel me da pena y también la Bestia...
No puede ser, ¡otra vez no! Se me ha
pasado por alto lo más evidente, la Bestia nunca quiso a Bella. No
es una historia de amor, es un secuestro.
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