“Estás bien, tienes que comer”.
-Tú no has visto las fotos de las dos
modelos pero yo sí...
“No sé que ponerme”, -ni yo que
quitarte primero y no digo nada y estoy aquí sentada en el suelo
enmoquetado de esta casa que me trata mal.
Elijo corbatas, camisas y trajes en
fotos pensando que la ropa que te pones te la va a quitar otra y
muero, pero sé feliz que estamos lejos y no me quieres como yo amo
tu barba y tus manos.
Cuento los días y se restan y
multiplican los muy malditos. Sólo quiero hablarte de una vez y
acabar con esto. He cogido tantas veces ese vuelo que sueño que lo
pierdo. Me has besado tantas veces al llegar que estás con ella
seguro. Me gustas tanto que te pasas el día pendiente de mí y yo de
ti siempre. Eres la presencia ausente más hermosa que he
experimentado porque duele que me encanta. Y ya tengo el virus. Es
otra vez igual. Sólo me dijiste su nombre y tuve que agazaparme en
el trastero. Ataque de ansiedad, menos cuatro kilos pero se dice que
estoy guapísima. Y tú no dices mucho, te gustan otras cosas de mí,
las que no se ven y me matas de miedo con eso.
Te pareces a todo por lo que corrí con
lobos al extranjero pero no lo veo bien, aún no lo tengo claro.
Necesitas que te salve la vida y yo me muero de ganas, tengo que
evitarlo tanto como lo deseo. ¿Sabes cuánto es eso?
Tengo un electrocardiograma plano que
controlas desde tu móvil. Me tienes monitorizada y me encanta. Es el
virus, lo conozco. “Intenta comer algo”. Pero ella es una
muñequita perfecta con unas pecas de inocencia preciosas sobre las
mejillas y no tengo hambre si lo pienso.
Y me hablas llenándome de sístoles y
diástoles el día y el cerebro. Si me pasa esto es por algo, es
porque también me echas de menos. Seguro que sólo mientras no estás
con ella. ¿Pero eso es todo el tiempo? Pero si siempre hablamos no
puede estar con ella, pero está... ¿Por qué no me dice que está
con ella o las que sea?
Voy a coger una katana y me voy a
cargar todo lo que siento por ti. Pero tienes que saberlo antes. Esto
no se hace, no puedes tenerme aquí con el corazón allí, pero si
quieres podemos intentarlo. Es el virus.
Es mañana. EL DÍA. Tenemos planes. Nunca he
tenido una cena desde aquella nuestra y nada que ponerme. Tengo una
plaga de mariposas monísimas, por favor no las fumigues, son de
hermosos colores como mis ojos cuando te miran te lo juro. Tengo que
hacer como que sigo sabiendo usar el cerebro y elegir sitio.
Y todo me hace estar cerca tuyo, ya
estoy aquí y todo, todo, todo es un decorado de esta historia sin
sentido y con demasiada sensibilidad. Estamos cerca al fin pero no
enfrente aún . Quiero apoyar mi frente en la tuya y darte un beso.
¡¿Por qué no puedo tener eso?! Me parece más noble desear eso que
la lotería... Tengo que decírtelo todo, seré yo la valiente. Voy a
quererte a muerte y te lo voy a decir porque no puedo más con la
incertidumbre.
No sabía que sirvieran vino con
taquicardias para la espera. Para picar con la copa me tiemblan las
manos pero voy a quererte a muerte, es la última vez que te quiero
así, lo tomas o lo dejas. Es el virus.
¿Qué se mastica en una cena cuándo
se masca la tragedia y la derrota?
-¿Os véis? -Mascullo, haciendo como que me encanta la idea. Bien interpretado. Y las mariposas baten las
alas todas a la vez, saben que van a morir, es su último vuelo.
-Hace dos meses. Se puede decir que estamos saliendo y tengo mi
cepillo de dientes en su casa.
Muero sonriendo y con los ojos vidriosos.
Mi hada madrina barre mariposas muertas
y gusanos de tierra. He olvidado poner el silenciador al ruido que
hace un corazón al romperse, pero no lo has oído. No eres de esos.
Está muy roto y no tiene arreglo.
Puedo decirlo todo ya, es la Paz de
Westfalia. La guerra ha terminado, soy el fotógrafo del beso en blanco y negro de la
chica y el marinero, no soy la chica. Vaya mierda de final, pero
puedo escribirlo y quedará romántico.
-Chico, estamos aquí porque te he
mentido. Desde los primeros cinco minutos que pasé contigo nunca he
sentido amistad por ti, y si alguna vez me has apreciado dime que
tengo una imaginación portentosa y que nunca has deseado besarme ni
dormir conmigo, es la última vez que nos vemos y hablamos, dilo.
Tienes que acabar con esto.
Sabe mucho de reveses pero este no lo
va a encajar, ha sido potentísimo. Hasta yo me he impresionado.
-“No quiero perderte”.
-Pero ya me has perdido, tienes novia.
-No estoy casado con ella, ni contigo y
claro que he querido todo pero tú...
-Sólo dime algo, ¿por qué no yo? En
serio, necesito saberlo, ahora ya no importa pero me gustaría saberlo...
-Carrie...
-Por favor, dilo, di lo que sea.
-Se hizo tan difícil, tú estabas allí
y yo aquí y ella es...
-Tú la vas a querer muchísimo y le
vas a dar todo tu corazón... Te hará muy feliz. Tu chica es
encantadora Hubbell.