Querido padre:
No puedo creerlo pero va a hacer 3 años
que no estás físicamente aquí conmigo, me siento nostálgica y
melancólica por ello pero ya sabes que soy demasiado sensible,
siempre lo he sido y por eso siempre me creí todas las historias que
me contabas, como aquella en la que la madre de Bambi no estaba
muerta, sino que estaba escondida tras los arbustos... Puede
parecértelo por el desdén, pero no estoy enfadada, es sólo que me
protegiste demasiado siempre, pero no sabías quererme de otra forma.
Quererme así casi te costó la vida
padre y eso no está bien tienes que saberlo. Como aquel día en la
playa que casi te ahogaste nadando desesperadamente porque la marea
se llevaba mi pelota en forma de tomate y yo estaba llorando en la
orilla. Padre, esa pelota no valía nada ¡por favor! por muy
importante que fuera para mí y por mucha pena que dieran mis
pucheritos con seis años y mi llanto a lágrima viva, tu vida valía
muchísimo. Debiste dejarla marchar y decirle adiós a la pelota
conmigo desde la orilla, me habría gustado aprender a perder contigo
y no con esos chicos no muy buenos que fueron mis novios años más
tarde. Yo creía que todos serían tan buenos como tú lo eras
conmigo, eras el hombre de mi vida, yo me creía que me querrían
como tú a mamá, yo no sabía que había hombres malos que hacían
daño a las mujeres. Debiste decirme que hay personas en el mundo que
sólo quieren hacer daño y que pueden partirte el corazón en
constelaciones enteras, no estuviste muy lúcido callándote eso; que
era un riesgo que me podría ocurrir también a mí y que tenía que
ser valiente de todas formas y que podría superarlo. Te estoy dando
mucha caña papá pero que no te duela, te lo has currado mucho como
padre de verdad. Tú no te enteraste mucho porque bueno... Eras mi
padre, pero me han hecho mucho daño. Yo creía que si era tan buena
con ellos como tú eras conmigo, les protegía como tú hacías
conmigo y les pintaba un mundo de colores y aventuras me querrían
como yo a ti. Ya sé que es muy complicado lo que te digo padre, y
que me dirías que soy más rara que un perro verde, pero es que pasó
exactamente así y no veas toda la terapia que me he tenido que
tragar por ello, porque te fuiste muy pronto y porque no entendía
nada de lo que estaba pasándome. Mi psicóloga es muy maja, fíjate
que me ha aguantado con todo lo que hablo, lo loca que estoy y lo
difícil que he sido. Te habría caído muy bien y seguro que se la
habrías torrado un montón haciéndole muchas preguntas y contándole
muchas cosas de psicología inventadas por ti mismo para hacer ver
que sabías más cosas de las que sabes y le hubieras contado chistes
sin gracia. Siempre hacías lo mismo y yo ponía los ojos en blanco.
Tan sensible era yo que si se me iba
volando un globo y se me perdía ya me traías otro en seguida o dos.
Si veías un twingo como yo los odiaba simplemente me decías
“Carmencita no mires” y yo ya sabía que ese coche horrible y que
me ponía de mal humor estaba ahí y no debía mirar para ser
feliz...
Desde que era muy pequeña -y
especialmente con el episodio del rescate de los socorristas de Cruz
Roja en la playa cuando fuiste a por mi pelota- supe que arriesgarías
tu vida para salvarme del llanto, de la pena y de la pérdida. Pero
al morirte tú, con perdón, se nos jodió el chiringuito y montar un
kiosko está muy caro. Ya no estabas para salvarme del llanto y ojalá
sólo hubiera sido llanto como cuando la pelota, pero es que el mundo
dejó de girar papá y tú no estabas más en él. -¿Entiendes por
qué debiste enseñarme a perder algo alguna vez? De todas
formas gracias padre por haberme dado tanto amor y haberme hecho
sentir tan querida, siempre tengo todo ese cariño paterno conmigo ,
sé que estás en mí y que he tenido mucha suerte de poder disfrutar
un padre así durante 23 años y no olvidarlo nunca.
Estás en mi lunar sobre el labio, en
mi nariz y en mis pequeñas manos. Estás en los hombres de tu edad
que van por la calle vestidos de maestro zamorano como tú. Estás en
todas las cosas porque has trascendido, sé que estás en el Universo
otra vez aunque no sepa donde.
He cumplido dos de las promesas que te
hice cuando dejaste de respirar en el hospital y toda esa gente que
no pintaban nada (tal vez no tenían lienzos ahora que caigo) nos
dejaron despedirnos a ti y a mí solos. Me dió mucha pena hablar
contigo y que no me contestaras, era la primera vez que eso pasaba y
siempre sería así. He cuidado a mamá y a mi hermana lo mejor que
he podido y sabido como tú lo habrías hecho. He terminado la
carrera este año, sé que era muy importante para ti. En tu honor
ahí está, quiero que sepas que no me ha valido la pena todo lo que
he sufrido por ese papel, pero ya lo tenemos papá. Sé que te
prometí que intentaría hacer que cada día de mi vida estuvieras
orgulloso de mí, pero no lo he conseguido, me dejaste un vacío muy
grande mucho tiempo y me hice mucho daño a mí misma por ello.
Espero que puedas perdonarme, yo casi ya me he perdonado todo el daño
que me hice y que me dejé hacer. No soy perfecta papá, no lo puedo
todo. Eso no estuvo bien, me hiciste creer que podía lograr
cualquier cosa que me propusiera, pero los que montan el desfile de
Victoria's Secret no opinan igual que tú. No, ahora en serio, era
sólo para que te rieras un poco porque sé que estarás llorando con
mi carta papá porque te estás haciendo viejo. No puedo conseguir
todo lo que me proponga porque soy humana y no todo depende de mí.
Cuando enfermaste me propuse protegeros a todos, especialmente a ti.
Me propuse tener cáncer yo y morirme yo en vez de tú y míranos tú
allí y yo aquí. Me propuse protegerte mientras vivieras y un
momento que me fui a hacer la compra para casa te caíste solo en la
habitación sin que yo estuviera allí para protegerte de caer o
decirte que no te levantaras de la cama que aun estabas bajo los
efectos de la anestesia. Si me hubieran arrancado las uñas una por
una no me habría dolido tanto como saber que te caíste porque yo no
estaba allí¿entiendes por qué tengo razón y no debiste hacerme
creer que puedo conseguir todo lo que me proponga? Yo me propuse dar
mi vida por la tuya y no funcionó y luego ya no me propuse nunca más
nada durante mucho tiempo.
Ahora me siento mejor, ya no te debo el
terminar la carrera. Era una deuda que tenía contigo a un tipo de
interés muy bajo por mi parte.
Tienes que estar tranquilo, realizado y
feliz papá, te echamos mucho de menos pero las 3 estamos bien. Yo
estoy viviendo en Londres y me va bien, aun aquí veo y siento cosas que me
demuestran que estás muy cerca de mí. Me siento muy fuerte ahora
padre no te preocupes por mí porque me rompí en muchos pedazos y me
hice de nuevo y ahora soy más fuerte que nunca.
Voy entendiendo cada vez más porque
tuviste que marcharte pero me gustaría mucho que estuvieras aquí.
Quiero darte las gracias por marcharte día 6 de diciembre para que
podamos tener unas felices navidades alguna otra vez en la vida. Echo
de menos montar el belén y el árbol de Navidad contigo con todos
esos adornos horribles que teníamos y hacer sopa de Navidad contigo,
nunca ha vuelto a ser Navidad en casa, pero estaré bien con tu
familia, la mía.
Tienes que saber que no tengo novio
papá porque me da mucho miedo volver donde he estado ¿qué te
parece? Con lo pequeño que eras y el listón tan alto que dejaste,
parece mentira...
Me acuerdo mucho de todas las veces que
me daban ataques de asma de pequeña y me llevabas de madrugada al
hospital en brazos para que mamá pudiera descansar, me acuerdo de
aquella vez con 41 de fiebre que yo no podía hablar ni ver bien y te
escuché pelear con los médicos “¡que yo me quedo con mi hija le
digo y si no le parece bien llame a su superior, la niña está muy
asustada! Nunca ha tenido tanta fiebre”. Me acuerdo de cuando me
llevabas a natación y me hacías esa coleta de cebolla horrible
arrebatándome la dignidad infantil porque era el único peinado que
sabías hacerme con todo el pelo que tengo. De como me enseñaste a
cortar patatas onduladas y a cocinar, a no llorar por no saber atarme
los zapatos tan rápido como mi hermana, de cuando me regalaste todos
los libros de Harry Potter atados con un lazo de raso, de lo mal que
conducías en serio papá, nadie podía conducir peor que tú ni más
distraído, qué mal me lo hacías pasar...
Por todo esto, no tengo esperanza de
encontrar un padre tan bueno como tú para mis hijos aunque eso ya no
me quita el sueño, sola o acompañada -si es para bien-, si tengo un
niño se llamará como tú. Ya sé que no te gustaba tu nombre pero
no voy a discutir contigo padre, te digo que a mí me hace ilusión
que mi hijo se llame como tú y punto.
Me voy a despedir con esta canción que
escuchabas cuando me acunabas de bebé para que me durmiera. Recuerdo
cuando me dijiste mientras escuchábamos esta canción “cuando eras
un bebé y no había quien te hiciera dormir si no era dando vueltas
con el coche o meciéndote en el cochecito. Siempre que escuchaba
esta canción lloraba mucho pensando en cuando fueras mayor y te
fueras de casa”. Papá, estaba muy bien que fueras tan sentido y
sensible, pero por favor, menos ñoñería hombre. No me ayudaste
nada con eso, me hiciste creer que si me iba de casa te morirías de pena y
por eso nunca me fui a estudiar fuera, igualmente te perdono porque
es que eras muy mono. Todas esas cosas las hacías porque me querías
a tu manera, sin límite, por encima de ti y así no se puede ni se
debe amar padre, esas cosas pueden costar la vida de uno mismo.
Gracias por permitirme ser y existir y
conocerte, ha sido el mejor regalo de mi vida. Hasta Siempre.
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Preciosas palabras
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