jueves, 6 de diciembre de 2012

Qué (no) hacer

         Este es un fragmento comentado del libro de Jorge Bucay: El camino de las lágrimas. He intentado evitar escribir algo así y seguir "pasando de todo" no dar lecciones, pero como soy la afectada directa intento protegerme en todo momento, acabo de ver million dolar baby y comparto que esa norma es la más importante.



Para poder acompañar saludablemente a un familiar o amigo que ha perdido algo o a alguien valioso es
posible hacer muchas cosas, pero es necesario dejar de hacer algunas otras.
Transcribo aquí abajo una pequeña lista incompleta de algunas premisas importantes
Tener en cuenta las actitudes que no ayudan:

1.. No le digas que lo comprendes si no pasaste por una situación similar.
2.. No hagas lo que hace la gente "porque es lo que se acostumbra"
3.. Decídete ayudar hasta donde tu corazón te pida y no hasta donde tu cabeza te exija.
Nunca hagas lo que no quieres hacer.
4.. No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
5.. No te empeñes en animarlo ni tranquilizarlo, posiblemente lo que más necesita el otro
es que lo escuches.
6.. No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.
7.. No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.
8.. Evita las frases hechas.
La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: "Tienes que olvidar" "Fue mejor así" "Dejó de sufrir" "El tiempo todo lo cura" (odio esta puta frase, de nada) "Mantente fuerte por los tuyos" "Es la voluntad de Dios" "Es la ley de la vida" Dejar que se desahogue. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia o el miedo frente a la muerte de un ser querido es el mejor camino que existe para cerrar y curar la herida por la pérdida. Estás equivocado si piensas que dejarlo llorar no sirve más que para añadir dolor al dolor. Estás equivocado si crees que ayudar a alguien que sufre es distraerlo de su pesar. Es mediante la actualización y la expresión de los sentimientos que la persona en duelo se puede sentir aliviada y liberada. No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tenés que decir o hacer nada en especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto.
Tampoco temas llorar o emocionarte con su llanto. No hay nada de malo en mostrar tu pena, en
mostrar que a vos también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo o familiar en esa situación. Lo que más necesita el que está de duelo, por lo menos en estos
momentos, es una oreja para poder hablar, un espacio para sentirse débil y un hombro para llorar.
Esta es quizás la premisa más importante para recorrer el camino de las lágrimas con un ser querido: NUNCA interrumpas la expresión del dolor. Mucha gente corta intencionalmente las expresiones emocionales del otro con una supuesta intención de protegerlo de su sufrimiento pero ocultando (a veces sin siquiera saberlo) la verdadera intención: protegerse de sus propias emociones dolorosas.
Hablar del ser querido que ha muerto. Es imprescindible, cuando estamos cerca, permitirle al que está de duelo que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite del difunto y participar con naturalidad de ese diálogo.



***



La mejor droga es sin lugar a dudas la presencia sostenida de quienes amorosamente deciden acompañar al que pena hasta el final de este camino.
Y de todas maneras, de ellos se reciben no sólo las "buenas palabras" sino también, muchas veces, "las malas bienintencionadas acciones".


Las buenas palabras son, por ejemplo:
Respeto,
Permiso,
Compañía,
Sostén,
Ayuda,
Facilitamiento,
Propuesta,
Presencia.
Y las "malas" acciones podrían ser:
Forzar,
Empujar,
Manipular,
Salvar,
Interrumpir,
Olvidar,
Invadir,
Apurar.
Aceptemos que puede haber alguien que está muy triste, con mucho dolor, y que con
sinceridad no quiere por ahora que lo ayudes a salirse de ese lugar.
Hay que tener mucho cuidado, hay que ser muy respetuoso.
A veces es muy difícil saber si estás molestando o estás ayudando, (preguntar si molestas constantemente es una gran idea, mejor que molestar por miedo a preguntar).
Sumándose al duelo, los manejos de los padres y otros familiares o de algunos amigos (pocos amigos) determinan, a nivel social, una presión culposa a veces más insoportable que el dolor de la misma pérdida.
Me parece bueno acercarse y me parece bien proponer; pero estoy seguro de que hay que evitar los "hazlo por mí".
A veces escucho, por ejemplo:
"Tienes que salir, porque tienes familia...
porque tus amigos...
porque tu carrera...
porque fulano...
porque mengano...
Y yo digo, puede que sea una buena idea recordarle que hay otras cosas, pero no lo es forzar una actuación y menos desde la culpa, porque a veces, como dijimos, hay que preguntarse sinceramente si lo que estoy queriendo es ayudarte a salir por ti o estoy queriendo que tú salgas de tu tristeza, porque soy yo el que no soporto verte triste. Antes de decir nada al doliente, pensar en esta última idea.

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