Ser raro no es fácil pero es
importante, requiere evadir y evitar constantemente gente que no está
en sincronía con tu alma. La gente no sabe lo que es el alma ni
donde está. Las personas raras sí lo saben.
Este no es un post de recapitulación de anécdotas tinderianas, es un post sobre la gente rara. Los que no usamos tinder para ligar somos la resistencia.
La gente rara sabe quién es quién en
el baile de máscaras en que vivimos.
Vivo en un mundo donde enamorarse a
primera vista es raro, o ridículo y provoca risitas. En el mundo del “eso no
pasa”, “sólo pasa en las películas”, “tú es que vives en
la luna”. “No sé qué película te han contado”.
Todo el mundo busca amor pero nadie se
emociona cuando el amor te coge de la mano porque es ridículo. Hay que esperar unos
meses -dice la gente normal- para saber si el amor es amor. Supongo
que hay que curarlo como un queso.
He tenido la suerte(?) de haberme
enamorado a primera vista a los 27. Sí, así es, vi a esta persona y
me enamoré de ella y a mí no me hizo falta nada más. Fue
maravilloso conocer el amor a primera vista, irónicamente ello me ha enseñado
todo lo que no quiero de una relación. Nunca se pierde el tiempo con
nadie, sólo se conoce a un maestro del “no”. Todo eso de que hay
que conocer a alguien unos cuantos meses es el cuento, el cuento de
Tinderella en el que todo
el mundo vive.
La gente rara nos enamoramos de forma total, real y no
virtual. ¡Qué raros somos!
La gente dice que sufre por amor porque
realmente no saben por lo que sufren, ni quieren saber porque no está
a un click saberlo. El que dice que sufre por amor siempre lo hace
por desamor o por dependencia emocional. No se sufre por amor porque
el amor no es algo por lo que luchar, el amor no es algo que
conseguir después de las doce pruebas herculianas. El amor es algo
que se es y que se merece. Una buena unidad de medida para saber si
ese amor es sano es observar todo lo que se hace para conseguirlo. A
mayor esfuerzo en su consecución mayor toxicidad.
Pero es de personas raras sufrir
dependencia emocional y mencionarlo, -por eso repito con gusto-. En
este presunto sufrimiento por amor la gente va de que está bien,
-(pero nunca lo está)-, al día siguiente, o la semana siguiente. Es
que lo tapan tan bien que cuando empiezas a ser raro, te crees que el
raro eres tú por ver lo bien que se lo pasan. Qué bien tapamos y
maquillamos el sufrimiento, parece que disfrutamos de comprar lo que
sea, de bebérnoslo todo, de comérnoslo todo, de follárnoslo todo
en un simple “click”.
La gente normal vive en el mundo de
fácil click y del consumo rápido. La gente normal quiere bienestar
inmediato y por eso tapan y os venderán -(o intentarán vender la
moto a los que sois raros)-, de que “ya están bien” y nada más
lejos. Sed raros de verdad y ved lo que hay tras esa máscara. Sólo
los raros de corazón seréis capaces de ver tras la máscara.
La gente normal tapa comiendo porque el que
come de más se come su vacío y su sufrimiento y ha de llenarlo con
comida, pero las emociones no son un espacio físico y no se llenan
comiendo. Por eso siempre necesitan más comida. El que come de
menos se está matando porque sufre, ya que como dijo Osho: primero
es la comida que nos da la madre y luego el amor. La comida es la
primera necesidad del ser humano, el recién nacido busca antes la
teta que el amor. Al no comer se reclama amor, al comer de más falta
amor. En ambos casos tapamos lo que no queremos ver y ¡qué bien lo
hacemos! Si me traen la comida en un click a casa y me están
desafiando a que mi cintura quepa tras un DIN A 4 con otro click.
Otros lo tapan ligando y los más
suertudos (?) follando. Con una, con otra, más alta, más baja, más
joven, más tetas, mejor culo, más flaca y otra y otra y las que
puedan y se dejen. Esta gente normal es la más desgraciada, no saben que la sexualidad y
la muerte son las fuerzas motrices del mundo. El impaciente por
regalar su sexo como la basura que huele mal en casa y he de echar en
cualquier contenedor sin reciclarla, no es feliz. Tener sexo con personas que viven
su sexualidad así enferma a hombres y mujeres y sino probad.
Otros tapan comprando: más ropa, más
maquillaje, otro coche, un perfume más caro. Lo hacen por ese
subidón efímero que da ir de compras, la compra de cosas que no
necesitamos para impresionar a personas que no nos quieren pero nos dan likes. Llenamos
con objetos lo que no podemos llenar con amor u otras emociones más
difíciles de cosechar.
De todo lo que gastamos lo que a la
gente normal le parece más caro es pagar por estar bien de la
cabeza. Es que para eso no hay app, no hay un just eat de terapeutas
o un tinder al uso. Para eso hay que esforzarse. La gente normal no quiere esforzarse, eso nunca es inmediato y por ello no mola.
Ninguna persona que deba perder 25 kilos por salud, los perderá de forma saludable en un mes. Puede hacerlo rápido y mal o lento y bien. Del mismo modo que ninguna persona que deba superar la pérdida de un amor importante lo hará en un mes. Superar de verdad el dolor lleva tiempo y esfuerzo, pero un tiempo bien invertido.
La gente rara sabe lo que cuesta
superar las cosas, sabe que no es verdad que no se puede. La gente
rara se preocupa por cosas muy raras como las constelaciones familiares o de
dónde viene la ansiedad. Cómo se sabe si eres dependiente emocional
y cómo se cura. Mientras que la gente normal sigue ligando por
tinder como el que se compra otra camiseta que no necesita
simplemente porque le place. La gente normal se llena de un bienestar
fugaz que no llena, de ese subidón que da un nuevo pintalabios o un
nuevo proyecto de coito conseguido con un siempre fácil click
tinderiano. It's a match.
La gente rara sabe que el Amor no eso
por más que se esfuercen los normales en encorsetarlo ahí. La gente rara sabe
que lleva tiempo superar lo que de verdad importa, como que se ha
muerto tu padre o que tu pareja te ha sido infiel con tu mejor amiga.
Sabe que el duelo no lleva fecha de caducidad al dorso con
vencimiento al año. El duelo a cada uno le dura lo que le dura. El
que come, bebe, compra y folla compulsivamente no ha superado nada. La
negación se pone esas tres máscaras y baila delante de la gente
rara. Se reconoce a la gente rara porque puede llevar máscara, pero
la máscara no le lleva. Los raros practican eso de “para sobrevivir en el nido de cobras
tienes que moverte como una de ellas”.
Cuando empiezas a ser raro aún quieres
ser normal, en este punto la gente normal siempre intentará que seas
normal porque siendo raro estás señalando que los raros son ellos,
-(¿o es al revés?)- y la gente normal no quiere ser rara ni saber
de dónde viene la ansiedad que padece, por ejemplo. Al principio quieres ser
presuntamente feliz como esa gente a la que parece que no le pasa
nada y le pasa de todo. Como esa gente que le pasa algo pero se lo
follan, se lo comen, se lo beben y se lo compran todo y aquí no pasa
nada.
Cuando empiezas a ser raro es caro
pagarte un terapeuta porque se ha muerto tu padre o tu pareja te
maltrata, pero es tan barato pagar alcohol para seguir tapando cómo
estás (de mal) y pagar caprichos a tu novio al que no le importas
nada. Es tan barato y tan fácil comprarte lencería para impresionar
a alguien que no sólo no te quiere si no que hace cada vez mejor que te quieras
menos... Es tan barato que lo caro parece pagar por ayuda. Es de
personas raras pedir ayuda profesional cuando te duele el alma, pero
es de normales ir al médico a que te den las pastillas de la tercera
conjugación: reír y dormir.
Cuando ya eres una persona rara
veterana entiendes que vivimos en el mundo al revés, que eres un
salmón en un banco de lubinas y que eso mola. Ser raro te enseña
que el bienestar fácil nunca vale la pena. El placer de que no es
que nadie te entienda, es que sólo lo harán unos pocos y te dará igual que lo hagan o no.
Practicar el ser raros os hará libres. Palabra de una rara que hace años salió del armario de la gente
normal.
"Sólo unos pocos encuentran el camino, otros no lo reconocen cuando lo encuentran, otros ni siquiera quieren encontrarlo". -El gato de Alicia en el País de las Maravillas.